La Cuaresma hace referencia a los 40 días que pasó Jesús antes de su Resurrección el Domingo de Pascua. Por lo mismo, es un periodo donde se busca la reflexión y conversión espiritual de todas las personas.
Es un tiempo de arrepentimiento, oración e introspección sobre nuestros errores en acciones pasadas y el trabajo que tenemos hacia un futuro para mejorar como personas con nosotros y el prójimo.
A continuación le compartimos la siguiente reflexión para vivir este tiempo de Cuaresma:
“Si fuéramos…
Si fuéramos automóviles, la Cuaresma sería el tiempo de cambiar aceite y afinar el motor.
Si fuéramos jardines, la Cuaresma sería tiempo de fertilizar nuestra tierra y arrancar las malas yerbas.
Si fuéramos alfombras, la Cuaresma sería tiempo de darles una buena limpieza con el aspirador o una buena sacudida.
Si fuéramos baterías, la Cuaresma sería tiempo de recargarlas.
Pero no somos ninguna de estas cuatro cosas.
Somos personas que, quizá, muchas veces hemos hecho cosas malas y necesitamos arrepentirnos de ellas. De aquí la necesidad de hacer una buena confesión.
Somos personas que muchas veces nos dejamos llevar por nuestro egoísmo y que, por lo tanto, necesitamos empezar a pensar en los demás. De aquí la necesidad de la limosna.
Somos personas que muchas veces perdemos de vista el fin para el que fuimos creados por Dios. Necesitamos, pues, recobrar la vista. De aquí la necesidad de la oración. “
(Extraído de Catoliscopio)
Invitamos a toda la Comunidad Educativa a leer este mensaje y reflexionar acerca de nuestras vidas en el Tiempo de Cuaresma.